Alergología
Pruebas cutáneas con alérgenos específicos:
Para el diagnóstico de las alergias respiratorias y alimentos, las pruebas en piel se realizan con la técnica del "prick" y son rápidas, indoloras, sensibles, reproducibles y prácticamente libres de riesgos para la salud del paciente. Esta prueba consiste en la aplicación en los brazos de gotas de extractos de alimentos o alérgenos ambientales, efectuando a continuación una ligera punción con una lanceta. Después de 15 minutos, en el punto donde se deposita el alérgeno al que se es sensible, se formará una roncha. La interpretación de esta reacción es valorada y explicada por el alergólogo.
Análisis de sangre y de secreción mucosa:
Permiten comprobar la existencia de marcadores de alergia (aumento de la inmunoglobulina E total (IgE)), incremento de los leucocitos eosinófilos (eosinofilia). Es muy importante medir el nivel de anticuerpos IgE específicos para los alérgenos detectados (ácaros, pólenes, epitelios animales, hongos o alimentos), ya que ayudan a confirmar y valorar la intensidad de la alergia.
Pruebas de provocación en las mucosas (test conjuntivales y nasales):
Utilizando de forma controlada los alérgenos implicados, además de certificar la relación entre la exposición al alérgeno y los síntomas, pueden ser esenciales en el estudio de algunos tipos de alergias como las laborales, así como en el seguimiento y evaluación de la inmunoterapia.
Pruebas Epicutáneas:
También llamadas "del parche" (patch test) en las que los productos a estudiar debidamente preparados en glicerina, se aplican en pequeña cantidad sobre la piel y de forma oclusiva durante 48 horas. Al cabo de ese tiempo, y hasta las 72 a 96 horas después, se efectúan las lecturas en busca de una reacción inflamatoria que puede ser desde una simple rojez hasta la producción de ampollas. La interpretación de estas pruebas debe ser cuidadosa y relacionarlas siempre con la historia clínica. Se puede aplicar en esta prueba los productos (crema, perfume o cosmética) relacionados con la aparición de los síntomas. Existen baterías específicas de acuerdo con el ambiente laboral (peluquería, industria, fármacos) o sustancias (pegamentos, tintes, cosmética, etc.) con las que contacta el paciente. Así mismo, algunas variedades exigen la aplicación de luz o rayos UVA.
Espirometría y test de broncodilatación:
Esta prueba evalúa la capacidad bronquial del paciente y la afectación que enfermedades como el asma, tos crónica, bronquitis o enfermedad pulmonar obstructiva crónica causan en ella. Sirve para hacer controles de la función pulmonar durante el tratamiento del asma y en las crisis. Consiste en soplar a través de un espirómetro después de una inspiración profunda. Posteriormente se inhalará un broncodilatador en aerosol para repetir la misma maniobra 15 minutos después.
Test de intolerancias alimentarias:
Las pruebas de intolerancias alimentarias son pruebas que buscan identificar si el cuerpo tiene dificultades para digerir ciertos alimentos o si el sistema inmunológico reacciona de forma adversa a ellos. Estas intolerancias no son lo mismo que las alergias alimentarias, que involucran una respuesta inmunitaria más grave y a menudo inmediata; en cambio, las intolerancias alimentarias suelen ser reacciones más lentas y están relacionadas con la digestión o la metabolización de ciertos compuestos en los alimentos. Principales tipos de pruebas de intolerancia alimentaria:
1. Test de hidrógeno espirado: Evalúa intolerancias específicas, como la intolerancia a la lactosa, fructosa, sorbitol o sibo. Consiste en medir la cantidad de hidrógeno en el aliento después de consumir una cantidad controlada del azúcar en cuestión. Un aumento de hidrógeno indica una mala absorción y posible intolerancia.
2. Pruebas de eliminación y provocación: Consisten en retirar ciertos alimentos de la dieta por un período de tiempo y luego reintroducirlos de manera gradual para observar si los síntomas reaparecen. Aunque es más lento, es considerado el método más confiable para identificar intolerancias alimentarias.
Síntomas comunes de las intolerancias alimentarias
- Hinchazón abdominal
- Dolor o malestar estomacal
- Gases
- Diarrea o estreñimiento
- Cansancio o fatiga
- Dolor de cabeza
Resumen: Las pruebas de intolerancias alimentarias pueden ayudar a identificar alimentos problemáticos, pero no todos los métodos tienen el mismo nivel de respaldo científico. Es recomendable usarlos como una herramienta adicional y, en muchos casos, hacer pruebas de eliminación para confirmar los resultados.
Medición del Óxido Nítrico Espirado:
Esta prueba no invasiva está dirigida a evaluar el grado de inflamación bronquial en enfermedades respiratorias como el asma alérgico y no alérgico, así como la buena respuesta a su tratamiento con inhaladores. También ayuda a saber cuándo debemos dejar esta medicación. Consiste en soplar durante 10 segundos a través de un detector de Óxido nítrico, gas que se produce más en situaciones de inflamación de las vías aéreas.
Rinomanometría:
Es una prueba diagnóstica que se utiliza para medir la resistencia al flujo de aire en las fosas nasales. Ayuda a evaluar el grado de obstrucción nasal en pacientes que experimentan problemas respiratorios. Esta prueba permite obtener información objetiva sobre la capacidad de las vías nasales para el paso del aire, y resulta útil para diagnosticar problemas como rinitis, desviaciones del tabique nasal, hipertrofia de cornetes, pólipos, entre otros.
Inmunoterapia parenteral con otros extractos se refiere a la administración de tratamientos inmunológicos mediante inyecciones (vía parenteral) utilizando extractos alérgicos distintos a los convencionales para tratar ciertas alergias. Esta técnica es también conocida como inmunoterapia subcutánea (SCIT) y es una forma de "vacuna contra la alergia" que ayuda a los pacientes a desarrollar una tolerancia gradual a sustancias que desencadenan reacciones alérgicas.
Pruebas de alergia a medicamentos
El diagnóstico de la alergia a un medicamento implica un proceso que varía de acuerdo con el tipo de medicamento implicado y combina diversos tipos de pruebas. En la actualidad no existe una prueba que descarte la alergia a todos los medicamentos a la vez, debido a su inmensa variedad.
Una vez realizada la historia clínica específica y exhaustiva, fundamental en estos casos, se determinará si el paciente sufre otro tipo de alergias y se solicitará una analítica en búsqueda de marcadores específicos de alergia. En el caso de los betalactámicos (penicilina y derivados) y algún otro fármaco, se determinará la existencia de anticuerpos IgE específicos o de células específicamente sensibilizadas por medio de análisis especializados.
En la mayoría de los casos se han de practicar pruebas in vivo, para confirmar el diagnóstico. Estas pruebas pueden realizarse sobre la piel del enfermo o completarse por medio de la prueba de provocación progresiva controlada. En este caso, las pruebas deben realizarse bajo estricto control médico y en un ámbito hospitalario, ya que implican un riesgo para la salud del paciente, que debe ser debidamente informado solicitándole su conformidad para la realización de la prueba.
Una finalidad importante de estas pruebas también es determinar qué medicamentos alternativos se pueden tomar de forma segura.
La desensibilización a quimioterapia es un procedimiento especializado que permite a los pacientes con cáncer recibir medicamentos de quimioterapia a los que previamente han tenido reacciones alérgicas o de hipersensibilidad. Este proceso es fundamental en casos donde el medicamento específico es indispensable para el tratamiento y no existen alternativas efectivas. La desensibilización permite "reentrenar" temporalmente el sistema inmunológico para tolerar el fármaco sin desarrollar una reacción grave.
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