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En la Semana Mundial Sin Tabaco hoy hablamos con la Dra. Montserrat Salleras, Jefe del Servicio de Dermatología del HUSC, quien nos explica cómo puede afectar el tabaco en la piel y el desarrollo de enfermedades dermatológicas.


¿Dra. Salleras, cómo puede afectar el tabaco en la piel de las personas fumadoras?

El principal efecto del tabaco en la piel es el envejecimiento precoz. También la vasoconstricción o empeoramiento de la circulación acral cutánea. Y el empeoramiento de diversas enfermedades dermatológicas.


Es decir, que sí que existe envejecimiento prematuro (arrugas, etc…) en las personas fumadoras, ¿verdad?

Los fumadores y las fumadoras desarrollan precozmente arrugas finas, rugosidad de la piel y una pigmentación grisácea global.

El tabaco afecta a toda la piel, pero especialmente a la zona peribucal donde aparece una piel en empedrado, muy característica.

Todos estos cambios en el tegumento cutáneo se han definido como "facies del fumador", muy característica y frecuente.

La buena noticia es que estos cambios se pueden prevenir, no iniciándose en el tabaquismo y también revertir parcialmente, dejando de fumar.


¿Y cuáles son las enfermedades dermatológicas que pueden empeorar si la persona continúa fumando?

Las enfermedades cutáneas que pueden empeorar con el tabaquismo son numerosas, destacando la hidradenitits supurativa, la psoriasis y la perniosis.

Indirectamente, al causar el tabaquismo un incremento del riesgo cardiovascular y arterioesclerosis, se puede favorecer el riesgo de úlceras en las piernas.


¿Fumar conlleva un mayor riesgo de padecer algún tipo de cáncer de piel?

Sí. El tabaquismo se ha asociado a mayor riesgo de cáncer de la cavidad oral.